Paisaje habitado
Al paisaje, en su condición ecológica y estética, lo entendemos como la integración de materialidades, organismos, experiencias, entre otros, que conforman un espacio. Es desde esto que la propuesta se desarrolla, alineándose con el llamado a “hacer paisaje” planteado por Roberto Burle Marx al indicar que “no es negar ni imitar servilmente a la naturaleza. Es saber trasponer y saber asociar, con base en un criterio selectivo…los resultados de una observación lenta, intensa y prolongada” de un lugar, para crear “asociaciones artificiales de una expresividad enorme”.
A razón de lo anterior, la propuesta reúne múltiples propósitos en clave de paisaje:
- El primer propósito: un recinto. Es la pieza donde se median las condiciones entre la cotidianidad y el ecosistema. Un lugar para hacerse consciente de dicha relación directamente, incorporando y recreando elementos naturales del entorno en la constitución del espacio.
- El segundo propósito: un jardín. Nos interesa el planteamiento del paisajista Gilles Clément cuando apunta que “el jardín es una manera de expresar el pensamiento de la época en la que vivimos y establecer una relación con el mundo”.
- El tercer propósito: un recinto en un jardín, el mundo. Lo cual representa la posibilidad de pensar y relacionarnos con lo que construimos de manera distinta y más completa.
El paisaje, en su condición cultural y medioambiental, como constructo de la sociedad, es posiblemente el medio arquitectónico más acorde con nuestro tiempo para el rescate planetario.